Tres hitos textuales de una segunda racha de buena suerte

Las oficinas de Le Fenelon en Paris.

Era junio de este año y me entrevistan de El Mercurio por la web fenelon.cl, un orgullo culpable desde la Universidad. Hasta ese momento, fenelon.cl era para mis familiares una excusa para no buscar un trabajo en los medios "serios"; era, y sigue siendo, un espacio de juego, experimentación, y de publicaciones -algunas irresponsables- sin edición. Era el blog que todos teníamos antes de los blogs, antes de que escribir en estos formatos fuera absolutamente masivo, como ahora. (Gracias al esfuerzo del insomne Erich Muñoz, teníamos desde 1999-2000 un sistema que permitía escribir desde la casa sin la necesidad de un webmaster que pasara todo a html). Justo ese fin de semana de junio aparece en el mismo diario un reportaje con mi foto y un recuadro que incluía mi nombre entre la lista de seleccionados al Primer Laboratorio de Revistas. K.O., uppercut a los freudianos trofeos que me exige sin exigirme mi papá, Lautaro. Todo este año, que ha sido en función de mi tesis (Heiremans, mi nuevo Hemingway) y éstas instancias "mercuriales". Hoy, a casi siete meses, cuando el LAB ya expiró su primera jornada regular, me encuentro con la publicación de un texto mío en La CAV (espero el primero de muchos en constante upgrade) y dos en la Domingo en Viaje que también pretendo sean los primeros de la lista.