
En esta noche tumefacta y llena de malas elecciones, como un exceso de Wyborowa Rose, quisiera decir que ABSOLUT puede ser sublime. Sobre todo cuando la botella ha ido más allá de un universo que traspasa lo icónico y se vuelve objeto de culto. Me gustaría ver una botella de Capel transformada en objeto de arte y descontextualizada.
Más aún cuando los artistas (como Félix Lazo y Julen Birke) saben que es una pega libre y suculenta, y congrega siempre a luminarias como el encargado de vitrinas en Chile (cuyo nombre no recuerdo) que es tan visionario del diseño y puede entender tan bien la botella que se adelanta a los manuales que

vienen de Suecia.
No puedo negar el afecto artístico que siento por esa botella que en su transparencia y estilo inicial, traspasó y obligó un universo de diseño casi a la altura de Coca Cola o Nike.
La diferencia es que ABSOLUT puede no ser el mejor vodka, pero, asimismo, a veces, nunca está de más recordar el sabor de la Pepsi. Como para hacer entender que, en gustos, muchos escribimos. Y la decisión es de cada uno.