
Hace poco me llegó un mail de una ex novia que no veía hace más de 13 años. Estoy seguro que se "guguleó", que buscó su nombre en el Google o en Yahoo y llegó a este blog. Nada mal si es que sirve para contactar a esos seres perdidos que viven en la memoria y se recuerdan (etimológicamnte, vuelven al corazón) por inexplicables gatillos, olores, sueños, sensaciones, electromagnetismos; axones, inconscientes y magia negra.
Son 13 años. Tiempo similar al que no te veo, no te veo ni a tí ni a tu hermano, que por ende es también mi hermano. Tiempo en el que los destilados (alcohólicos), como el cognac, pasan a ser XO, de edad indefinida. Sobre 12 años pasan a una categoría extraviada de su orígen. Trece años es demasiado-demasiado tiempo, demasiadas diferencias, demasiado.
Sé que si te veo en la calle te reconozco, veo parte de mi sangre en tu rostro, me veo a tí y tú te ves en mi mirándote. Eres una de las pocas personas del mismo sexo al cual puedo decir que amo incondicionalmente (aparte de un par de amigos); la gran diferencia es que ni siquiera nos conocemos bien.
Fui una presencia inexplicable en tu vida y si a veces te has preguntado qué fue de mi te voy a responder, yo quiero saber de tí. Si te importa un carajo. Me duele, pero da igual, tienes todo el derecho a que te importe poco o nada.
Pero si alguna vez buscaste tu apellido materno en un buscador y aparecí yo, escríbeme. Te estoy esperando para que conversemos, hermanos todos.
Si quedan dudas:::
I.E.M.L. y F.T.M.L.
El mensaje es para ustedes y no cuesta nada descifrarlo.